LA ENSEÑANZA DE “JUAN SALVADOR GAVIOTA”APLICADA AL DEPORTE.Juan Salvador Gaviota tuvo que abandonar su bandada para encontrar su camino, para seguir avanzando como gaviota y poder así desarrollar todas sus capacidades en el vuelo. Es más, fue la propia bandada la que le expulsó de la misma al comprobar las arriesgadas prácticas de vuelo de Juan que estaban prohibidas y se salían de la norma establecida desde hacía generaciones. Si Juan Salvador Gaviota se hubiera conformado en ajustarse a las normas establecidas (para que no fuera expulsado de la bandada), nunca hubiera desarrollado sus capacidades dentro del vuelo.En ocasiones, el psicólogo del deporte debe estar preparado para situaciones como las que se enfrentó Juan Salvador Gaviota. Es posible que, el grupo donde esté (club, ciudad, grupo de trabajo) no entienda las posibilidades de acción del psicólogo del deporte y tenga que buscar nuevas opciones en otro sitio.Actualmente, aún existen mitos del tipo “el psicólogo está para cuando las cosas vayan mal”, “el psicólogo sólo puede actuar cuando alguien tenga un problema”, o se limite mucho el campo de actuación del psicólogo del deporte y corra el riesgo de no poder avanzar profesionalmente si no “emigra” hacia otros sitios.Y muchas veces, para poder avanzar es necesario aceptar un cambio donde tal vez exista un gran riesgo, pero que si no se acepta es realmente difícil poder marchar en el campo profesional
El trabajo del psicólogo del deporte consiste en aplicar estrategias y conocimientos de la psicología como ciencia al deporte en sus diferentes ámbitos de actuación. Cualquiera que entendiera el sentido de esta definición, podría deducir que ésta sería perfectamente aplicable a cualquier otro campo de la psicología, con el único cambio de “deporte” por el terreno al que se refiriese. Es decir, el trabajo del psicólogo consiste en aplicar sus conocimientos psicológicos en los diferentes campos de actuación. No obstante, existen particularidades importantes respecto al trabajo del psicólogo del deporte con el de otros aspectos de la psicología (como educación, recursos humanos, o clínica), aunque los conocimientos psicológicos sean aplicables a cualquiera de ellos.Este artículo pretende ser una reflexión personal sobre aspectos prácticos que pueden ser útiles para el trabajo del psicólogo del deporte en particular y el prestigio de la psicología del deporte en general. Son ideas que pretenden ser válidas y aplicadas para favorecer la función del Psicólogo Deportivo.
Saber decir “no” (y también saber decir “sí”).En la vida de cualquier profesional se presentarán situaciones donde se debe elegir. Es posible que se ofrezcan opciones laborales en las que se brinde al psicólogo del deporte una “gran oportunidad” a la que aparentemente no se puede decir que no. Por ejemplo, puede ser que a un joven psicólogo sin apenas experiencia se le ofrezca la posibilidad de formar parte del cuerpo técnico de un equipo de un deporte colectivo profesional; o a otro se le pide que realice un trabajo (porque el equipo tiene mucha “ansiedad”) cuando no tiene tiempo real para ello y no está suficientemente definido el problema. Es decir, en ocasiones, ante una aparente gran oportunidad, se tiende a aceptarla cuando las condiciones no son las más adecuadas para poder realizar el trabajo del psicólogo del deporte, o bien no se tiene la suficiente experiencia, o no existe la posibilidad de poder realizar el trabajo que se le pide (por la falta de conocimiento de la función del psicólogo del deporte por parte de los responsables deportivos, por ejemplo). Son momentos en los que parece que no se puede rechazar esa gran oportunidad.No obstante, la posibilidad de éxito del trabajo del psicólogo del deporte depende de cuán esté preparado para realizar su función, lo que se espera de él y de las posibilidades reales de poder hacer bien su trabajo. Es importante que el psicólogo del deporte atienda a estas cuestiones y sepa cuando aceptar, ajustar expectativas o reducir o ampliar su campo de actuación según las condiciones que se presenten.De todo esto depende las posibilidades de acción futuras de este u otro profesional en este campo. Si los responsables consideran que ha realizado bien su trabajo, seguramente él u otro profesional tendrán más oportunidades laborales en este club o institución. No obstante, si se considera todo lo contrario (que el “psicólogo no vale para nada”, “esto lo puede hacer cualquiera”…), es muy posible que se haya cerrado una puerta para la psicología del deporte no sólo para este psicólogo, sino también para otros que vengan detrás.
Publicado por depablossam en 2:59 PM 1 comentarios
El trabajo del psicólogo del deporte consiste en aplicar estrategias y conocimientos de la psicología como ciencia al deporte en sus diferentes ámbitos de actuación. Cualquiera que entendiera el sentido de esta definición, podría deducir que ésta sería perfectamente aplicable a cualquier otro campo de la psicología, con el único cambio de “deporte” por el terreno al que se refiriese. Es decir, el trabajo del psicólogo consiste en aplicar sus conocimientos psicológicos en los diferentes campos de actuación. No obstante, existen particularidades importantes respecto al trabajo del psicólogo del deporte con el de otros aspectos de la psicología (como educación, recursos humanos, o clínica), aunque los conocimientos psicológicos sean aplicables a cualquiera de ellos.Este artículo pretende ser una reflexión personal sobre aspectos prácticos que pueden ser útiles para el trabajo del psicólogo del deporte en particular y el prestigio de la psicología del deporte en general. Son ideas que pretenden ser válidas y aplicadas para favorecer la función del Psicólogo Deportivo.
Saber decir “no” (y también saber decir “sí”).En la vida de cualquier profesional se presentarán situaciones donde se debe elegir. Es posible que se ofrezcan opciones laborales en las que se brinde al psicólogo del deporte una “gran oportunidad” a la que aparentemente no se puede decir que no. Por ejemplo, puede ser que a un joven psicólogo sin apenas experiencia se le ofrezca la posibilidad de formar parte del cuerpo técnico de un equipo de un deporte colectivo profesional; o a otro se le pide que realice un trabajo (porque el equipo tiene mucha “ansiedad”) cuando no tiene tiempo real para ello y no está suficientemente definido el problema. Es decir, en ocasiones, ante una aparente gran oportunidad, se tiende a aceptarla cuando las condiciones no son las más adecuadas para poder realizar el trabajo del psicólogo del deporte, o bien no se tiene la suficiente experiencia, o no existe la posibilidad de poder realizar el trabajo que se le pide (por la falta de conocimiento de la función del psicólogo del deporte por parte de los responsables deportivos, por ejemplo). Son momentos en los que parece que no se puede rechazar esa gran oportunidad.No obstante, la posibilidad de éxito del trabajo del psicólogo del deporte depende de cuán esté preparado para realizar su función, lo que se espera de él y de las posibilidades reales de poder hacer bien su trabajo. Es importante que el psicólogo del deporte atienda a estas cuestiones y sepa cuando aceptar, ajustar expectativas o reducir o ampliar su campo de actuación según las condiciones que se presenten.De todo esto depende las posibilidades de acción futuras de este u otro profesional en este campo. Si los responsables consideran que ha realizado bien su trabajo, seguramente él u otro profesional tendrán más oportunidades laborales en este club o institución. No obstante, si se considera todo lo contrario (que el “psicólogo no vale para nada”, “esto lo puede hacer cualquiera”…), es muy posible que se haya cerrado una puerta para la psicología del deporte no sólo para este psicólogo, sino también para otros que vengan detrás.
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